FRANJA DE GAZA, Territorio Palestino Ocupado - «¿Dónde está el mundo que no ve lo que nos está pasando a nosotros y a nuestros hijos? Todas las familias del mundo tienen hijos», declaró Inas, que vive en un campamento de desplazados con sus tres hijos en la ciudad de Gaza, donde por primera vez se ha confirmado la hambruna.
«¿Aceptarían que sus hijos se despertaran con hambre?».
Más de medio millón de personas en Gaza están en riesgo de hambruna según un nuevo informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Tras dos años de guerra, desplazamientos constantes y severas restricciones en la entrega de ayuda humanitaria, se ha declarado la hambruna en la gobernación de Gaza y se prevé que las condiciones catastróficas se extiendan a las gobernaciones de Deir Al Balah y Khan Younis en las próximas semanas. La hambruna (fase 5 de la CIF) se desencadena cuando se superan tres umbrales críticos: privación extrema de alimentos, malnutrición aguda y muertes relacionadas con la inanición.
«Para las madres de Gaza, esto significa verse obligadas a dar a luz en condiciones de malnutrición, agotamiento y con mayor riesgo de muerte», afirmó el UNFPA en una declaración. «Significa que sus bebés nacen demasiado pequeños, demasiado débiles o demasiado prematuros para sobrevivir. Significa que las madres no pueden amamantar porque ellas también están muriendo de hambre».
Ya hay personas que mueren de malnutrición en Gaza. A finales de septiembre, es probable que más de 640.000 personas se enfrenten a la hambruna en toda la Franja de Gaza y se prevé que otras 1,14 millones de personas (más del 50 % de la población de Gaza) enfrenten una situación de emergencia (fase 4 de la CIF).
Las mujeres y las niñas son las más afectadas

El hijo menor de Inas tiene apenas unos meses. Ella hace todo lo posible por crear las condiciones de un hogar para su familia, a pesar de la falta de suministros básicos; limpia el área alrededor de su tienda de campaña con sus propias manos y utiliza a menudo arena para lavar los utensilios de cocina.
«Ahora vivo en una tienda, [...] la situación era extremadamente difícil como mujer embarazada», declaró al UNFPA, la agencia de las Naciones Unidas para la salud sexual y reproductiva.
«Mis hijos y yo también sufrimos la escasez de alimentos, especialmente mi recién nacido. A veces les doy mi parte de comida a mis hijos para que no pasen hambre, lo que afecta tanto a mi salud como a la de mi bebé. A menudo siento que voy a desmayarme».
En tiempos de inseguridad alimentaria, las madres suelen ser las últimas en comer y las que menos cantidad ingieren. Desde que se rompió el frágil alto el fuego en marzo de 2025, Israel ha limitado drásticamente la distribución de alimentos y otras ayudas; y dado que la mayoría de los puntos de distribución de ayuda se encuentran en Rafah y en el centro de Gaza y están controlados por Israel, los palestinos desnutridos y desplazados se ven obligados a realizar un agotador viaje de ida y vuelta de seis horas para alimentar a sus familias.
Muchos no regresan con nada, ni siquiera con vida.
Al menos 1.880 personas han muerto y más de 4.000 han resultado heridas mientras buscaban alimentos. Los lanzamientos aéreos de suministros también son insuficientes y peligrosos, ya que la ayuda no llega a los más vulnerables y, a menudo, provoca lesiones o incluso la muerte cuando las personas desesperadas intentan localizarla y acceder a ella.
«Todos los días vemos a personas que acuden a los puntos de distribución de ayuda, caminando directamente hacia la muerte, solo para llevar pan a sus hijos», afirmó Inas. «Vemos imágenes de jóvenes cargando sacos de harina manchados de sangre».
Muchas mujeres, niños y otras personas vulnerables, incluidas las personas de edad, se ven obligadas a depender de sus familiares para intentar conseguir alimentos, lo que las expone a un mayor riesgo de malnutrición e inanición. Se estima que 55.000 mujeres embarazadas y lactantes en Gaza correrán un grave riesgo de muerte por malnutrición a mediados de 2026, tres veces más que las ya alarmantes 17.000 de mayo de 2025, y uno de cada cinco bebés nace prematuramente o con bajo peso.
Una crisis evitable

Según los informes, más de 62.000 personas, entre ellas unas 28.000 mujeres y niñas, han perdido la vida en Gaza desde octubre de 2023. El viernes, las agencias de la ONU pidieron un alto el fuego inmediato y acceso sin trabas a la ayuda humanitaria para evitar más muertes, haciendo hincapié en que hay que detener la hambruna a toda costa. El informe de la CIF señala: «Cualquier retraso adicional, aunque sea de unos días, provocará un aumento totalmente inaceptable de la mortalidad relacionada con la hambruna».
Entre el 2 de marzo y el 19 de mayo de 2025, Israel impidió la entrada de cualquier tipo de alimento en la Franja de Gaza; y entre mayo y julio, la cantidad de comida que entró fue insuficiente para alimentar a la población de Gaza, de más de dos millones de personas. La destrucción de viviendas e infraestructuras, los desplazamientos constantes y la inseguridad alimentaria prolongada han dejado a la mayoría de los hogares sin apenas medios para hacer frente a la situación o recuperarse.
Inas explicó cómo ella y su familia encontraron la voluntad de sobrevivir. «Cada día nos despertamos con la esperanza de que quizá mañana haya una solución, de que las cosas mejorarán», afirmó.
«Pero, lamentablemente, la situación no hace más que empeorar. Sabemos que estamos en guerra. Pero, ¿es culpa de nuestros hijos? El derecho más básico es el derecho a la alimentación».
Desde julio, el UNFPA ha entregado medicamentos y suministros esenciales durante el alto el fuego y los ha preparado para su distribución a los centros de salud que siguen funcionando en Gaza, aunque en una escala muy inferior a las necesidades.
Tom Fletcher, Secretario General Adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia de las Naciones Unidas, afirmó: «[Esta] es una hambruna que podríamos haber evitado si se nos hubiera permitido [...]. Es una hambruna que afecta primero a las personas más vulnerables. Cada una con un nombre, cada una con una historia. Eso despoja a las personas de su dignidad antes de despojarlas de su vida. Y obliga a los padres a elegir a qué hijo alimentar».
«Ninguna mujer debería verse obligada a dar a luz en condiciones de hambruna. Ningún niño debería comenzar su vida pasando hambre», afirma la declaración del UNFPA. «Cada día de inacción condena a más madres y recién nacidos al sufrimiento. El sufrimiento y el hambre deben terminar ya».