La educación sexual integral ayuda a las y los jóvenes a aprender sobre los aspectos emocionales, físicos y sociales de la sexualidad, proporcionándoles los conocimientos necesarios para proteger y defender su salud, su bienestar y su dignidad. Incluye información sobre las relaciones saludables y la salud y los derechos sexuales y reproductivos pertinentes a la edad y la cultura de las personas.
Tener acceso a una educación sexual integral ayuda a las y los jóvenes a tomar decisiones informadas, a cuidarse a sí mismos y a alcanzar la autonomía corporal, que son prerrequisitos para defender los derechos humanos y alcanzar la igualdad de género.
Sin embargo, demasiados jóvenes llegan a la edad adulta con información inexacta, incompleta o contradictoria sobre la salud sexual y reproductiva, lo que los deja vulnerables de cara a embarazos no planificados, infecciones de transmisión sexual, violencia y coacción.
La educación sexual integral puede impartirse en la escuela como parte del plan de estudios, en entornos comunitarios y a través de plataformas digitales. Es más eficaz cuando se enseña a lo largo de varios años, integrando información apropiada para la edad y transmitiendo información científicamente precisa sobre anatomía, anticoncepción, parto, infecciones de transmisión sexual y la prevención de la violencia de género . También se puede alentar a los jóvenes a explorar su salud y derechos sexuales y reproductivos mediante debates sobre la igualdad de género, la vida familiar, las relaciones, la cultura y la autonomía corporal. Esto les ayuda a desarrollar autoestima y habilidades para la vida, como el pensamiento crítico, la comunicación clara, la toma de decisiones responsable y el comportamiento respetuoso y empático.
La educación sexual integral reconoce las diversas necesidades de las y los jóvenes y toma en consideración su edad, su raza, su clase, su género y su experiencia sexual. También tiene en cuenta si viven en zonas urbanas o rurales, o si pertenecen a grupos marginados y vulnerables, como los que tienen discapacidades, los jóvenes de comunidades LGBTQIA+, los que viven en entornos humanitarios, los jóvenes indígenas y geográficamente aislados, y los que viven con el VIH.
Liderazgo del UNFPA
Hacer que las y los jóvenes alcancen todo su potencial sigue siendo fundamental para el mandato del UNFPA, y el organismo trabaja para empoderar a las y los jóvenes para que den forma a la vida que desean. La educación sexual integral es un componente clave de la estrategia mundial del UNFPA para los adolescentes y los jóvenes y contribuye al logro del Plan Estratégico del UNFPA y de los resultados transformadores.
Durante decenios, el UNFPA ha estado trabajando con gobiernos, entidades regionales, organizaciones de la sociedad civil y asociados en la ejecución para establecer y evaluar programas integrales de educación sexual tanto en el sector de la educación formal como en entornos comunitarios. Esto incluye:
- La creación conjunta de normas y orientaciones internacionales y el apoyo a la institucionalización de la educación sexual integral en los sistemas nacionales;
- La promoción de avances jurídicos y normativos que promuevan entornos propicios para la aplicación de programas integrales de educación sexual;
- La convocación de redes mundiales, la ampliación de las asociaciones y la facilitación de plataformas dirigidas por jóvenes con el fin de crear acceso universal a una educación sexual integral;
- El fomento de la capacidad de los maestros, facilitadores, dirigentes juveniles y otras partes interesadas mediante la formación previa al servicio y durante el servicio;
- La garantía de la coherencia y la armonización de los planes de estudios nacionales con las normas internacionales;
- El desarrollo de materiales de enseñanza y aprendizaje, como manuales para facilitadores, vídeos, aplicaciones y planes de lecciones con guiones con contenido y metodologías de calidad garantizada;
- El compromiso de asegurar que todas las redes sociales y plataformas digitales relacionadas con la educación sexual integral sean seguras y proporcionen contenidos revisados;
- La contribución con la base empírica dedicada al impacto de la educación sexual integral;
- Y velar por que se fortalezcan los mecanismos de remisión para los servicios de salud sexual y reproductiva y protección contra la violencia de género.
Programas mundiales destacados
Llegar primero a los más rezagados
El UNFPA ha venido ejecutando un programa mundial de educación sexual integral extraescolar desde 2019, dirigido a las y los jóvenes que han quedado atrás. En la República de Moldova, el UNFPA está trabajando con el Gobierno y sus asociados para impartir educación sexual integral a los refugiados ucranianos, con sesiones sobre preparación para la vida y fomento de la resiliencia, asesoramiento en materia de salud mental y remisiones e información sobre salud sexual y reproductiva. En Malawi, el UNFPA tiene programas específicos para jóvenes que viven con el VIH, identificando y capacitando a facilitadores de la misma comunidad. Asimismo, en el Territorio Palestino Ocupado, el UNFPA ha desarrollado una plataforma digital para la educación sexual, accesible para jóvenes con discapacidad auditiva y visual.
En 2020, el UNFPA y sus asociados (el ONUSIDA, la UNESCO, el UNICEF, la OMS) presentaron las Orientaciones técnicas y programáticas internacionales sobre la educación sexual integral fuera de la escuela, que proporciona directrices empíricas y centradas en los derechos humanos para llegar a las y los jóvenes más vulnerables. Los programas extraescolares a menudo incluyen capacitación y educación basada en la comunidad, y pueden centrarse en grupos como los jóvenes con discapacidades, los jóvenes indígenas, los jóvenes LGBTQIA+, los jóvenes que viven con el VIH o aquellos en entornos humanitarios.
El UNFPA también organiza, conjuntamente con la UNESCO, el Foro de la Alianza Mundial sobre Educación Sexual Integral, con el objetivo de promover la investigación, fomentar las buenas prácticas, mejorar la colaboración y superar los desafíos. Entre sus miembros figuran organismos de las Naciones Unidas, organismos de financiación, organizaciones internacionales de la sociedad civil que trabajan en el ámbito de la salud y los derechos sexuales y reproductivos, organizaciones dirigidas por jóvenes, instituciones académicas y de investigación, así como redes educativas y otras redes profesionales.
En colaboración con otros asociados de las Naciones Unidas, el UNFPA es coautor del informe sobre el estado mundial de la educación sexual integral, que se hace eco de la información sobre la educación sexual integral. En mayo de 2023, una edición especial de la revista Sexual and Reproductive Health Matters, titulada “Aprendiendo más allá del aula: Educación sexual integral para entornos extraescolares”, publicó una investigación de implementación de Colombia, Etiopía, Ghana y Malawi.
Ampliar y mejorar el acceso
La iniciativa mundial más reciente del UNFPA, EmpowerED, busca aumentar el acceso a la educación sexual integral dentro y fuera de la escuela, mejorar la salud y los derechos sexuales y reproductivos de los jóvenes y ayudarlos a lograr una autonomía corporal plena y una vida libre de violencia.
EmpowerED se centra especialmente en abordar la desigualdad de género y prevenir la violencia de género. Está diseñada siguiendo los principios del liderazgo juvenil y no dejar a nadie atrás, y adopta explícitamente enfoques de género transformadores, centrados en las y los sobrevivientes y debidamente informados respecto del trauma.
La iniciativa se centra en los siguientes 10 países de las seis regiones del UNFPA: Argentina, Colombia (en América Latina y el Caribe); Benin, Ghana (en África occidental y central); Etiopía, Malawi, Zambia (en África oriental y meridional); Filipinas (en Asia y el Pacífico) y Túnez (en los Estados árabes).
El programa emplea tres estrategias fundamentales:
- Aumentar la disponibilidad, accesibilidad y calidad del contenido y la prestación de educación sexual integral a través de canales tradicionales y digitales
- Acelerar la ampliación de los programas en los 10 países prioritarios y fomentar los vínculos con los servicios de salud sexual y reproductiva y de protección contra la violencia de género
- Aprovechar las redes y asociaciones de la sociedad civil para la promoción, la generación de conocimientos y la colaboración técnica sobre educación sexual integral
Entre los beneficiarios figuran 7,5 millones de jóvenes, educadores, proveedores de servicios, organizaciones de la sociedad civil y gobiernos.
De acuerdo con las Orientaciones técnicas internacionales sobre educación en sexualidad de las Naciones Unidas, la educación sexual integral debe ser:
- Científicamente precisa
- Gradual
- Adecuada a la edad y el desarrollo
- Basada en el plan de estudios
- Integral
- Con un enfoque de derechos humanos
- Con base en la igualdad de género
- Culturalmente pertinente y adecuada al contexto
- Transformadora
- Capaz de ayudar a desarrollar las habilidades para la vida necesarias para apoyar elecciones saludables
Hay ocho conceptos clave, esbozados en la tabla que aparece a continuación, que son igualmente importantes y han sido reunidos para que se enseñen en su conjunto. Los temas se enumeran según su creciente complejidad, sobre la base del aprendizaje previo.
- Relaciones
- Valores, derechos, cultura y sexualidad
- Comprensión del género
- Violencia y mantenerse a salvo
- Habilidades para la salud y el bienestar
- El cuerpo humano y el desarrollo
- Sexualidad y comportamiento sexual
- Salud sexual y reproductiva
La educación sexual integral puede tener otros nombres, tales como habilidades para la vida, educación sexual holística, educación para la vida familiar, educación sexual, educación sobre el VIH y, más recientemente, educación para la salud y el bienestar. No importa cómo se llame, la educación sexual integral tiene como objetivo empoderar a todos los jóvenes para que conozcan, exijan y protejan sus derechos a la información y los servicios centrales para su salud y bienestar.
Actualizado el 10 de septiembre de 2025