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Mientras la hambruna se cierne sobre Gaza, las mujeres embarazadas y los recién nacidos se enfrentan a riesgos sanitarios potencialmente mortales
- 19 de mayo de 2025
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FRANJA DE GAZA, Territorio Palestino Ocupado – «Existe una grave escasez de alimentos y medicamentos esenciales, especialmente durante este asedio», afirmó un médico del Hospital Al-Awda, en la gobernación central de Deir Al-Balah, en Gaza. «Ha tenido un impacto devastador en las mujeres embarazadas, las madres lactantes y los niños y niñas en general».
El médico habló con el UNFPA, la agencia de las Naciones Unidas para la salud sexual y reproductiva, más de dos meses después del catastrófico bloqueo israelí de ayuda a Gaza en el que se cortaron todos los suministros, incluidos alimentos, medicinas, refugio y combustible. Los informes muestran que una de cada cinco personas se enfrenta ahora a la inanición; para unas 55.000 mujeres embarazadas, cada comida perdida aumenta el riesgo de abortos espontáneos, mortinatos y recién nacidos desnutridos.
«Estamos asistiendo a un aumento significativo de los casos de bebés con bajo peso al nacer, algo directamente relacionado con la desnutrición materna y la anemia durante el embarazo», prosiguió el médico, que pidió permanecer en el anonimato por motivos de seguridad.
Aya Hassan, que vive actualmente en el campamento de desplazados de Deir Al-Balah, en el centro de Gaza, declaró: «Sobrevivimos con los alimentos que nos proporcionan las cocinas comunitarias. Las clínicas distribuyen suplementos nutricionales para las mujeres embarazadas y yo acudo a diario a los controles porque temo desarrollar carencias vitamínicas. La situación es muy complicada».
Sin apenas acceso a agua potable ni a instalaciones higiénicas, también aumentan las enfermedades infecciosas y las infecciones de transmisión sexual incluso entre las mujeres embarazadas, lo que las hace aún más vulnerables a las complicaciones.
«La falta de productos de higiene es uno de los principales factores que contribuyen a estas afecciones», añadió el médico. «También nos enfrentamos a una escasez crítica de suministros, incluida la falta total de medicamentos para la salud materna, lo que ha provocado un aumento de los abortos espontáneos».
Los incesantes ataques contra hospitales, instalaciones sanitarias y personal médico han dejado el sistema de salud en ruinas. El Hospital Nasser, en el sur de Gaza, uno de los ocho únicos hospitales que siguen funcionando parcialmente, fue alcanzado por un ataque aéreo israelí el 13 de mayo; es la cuarta vez que sufre un ataque desde octubre de 2023. Menos de 24 horas después, el Hospital Europeo en Khan Younis también fue bombardeado.
El acceso a servicios esenciales está gravemente limitado, mientras que los suministros para partos seguros y atención neonatal están atascados en la frontera. En medio de estas terribles condiciones, ya se ha informado de que casi 11.000 mujeres embarazadas corren riesgo de padecer hambruna y cerca de 17.000 mujeres embarazadas y lactantes necesitarán tratamiento urgente por desnutrición aguda en los próximos meses. Para muchas, las consecuencias son devastadoras.
«Traté a una mujer que llevaba casi siete años luchando contra la infecundidad», continúa el médico del Hospital Al-Awda. «Finalmente quedó embarazada durante la guerra pero, debido a los efectos del asedio, la falta de nutrición adecuada y el trauma de los bombardeos cuando se vio obligada a huir, tuvo un parto prematuro y perdió a su bebé».
El UNFPA calcula que uno de cada tres embarazos se considera ahora de alto riesgo y uno de cada cinco recién nacidos nace prematuro o con bajo peso, lo que requiere una atención especializada cada vez menos disponible. En toda la Franja de Gaza, sólo cinco hospitales siguen prestando atención materna.
El UNFPA cuenta con más de 190 camiones cargados con suministros que se necesitan urgentemente en Gaza, pero a los que se ha denegado la entrada en la frontera durante el bloqueo. Entre ellos hay unidades móviles de maternidad, aparatos de ultrasonidos e incubadoras portátiles que son cruciales para los recién nacidos prematuros, suministros de higiene y refugio y medicamentos para la salud materna, incluidos aquellos esenciales para la gestión de emergencias obstétricas.
En una unidad de maternidad instalada por el UNFPA en un contenedor en la Asociación de Salud y Comunidad Al-Awda, Wafa, de 38 años, comentó al UNFPA: «Este es mi séptimo hijo. Quedé embarazada de él en marzo de 2024, durante la guerra. El comienzo de mi embarazo fue extremadamente difícil debido a la desnutrición».
Desplazada con su familia, explicó: «Tuve que depender de líquidos intravenosos en el Hospital Al-Awda y entré en trabajo de parto prematuro a principios del octavo mes. Sin embargo, el equipo médico vigiló de cerca mi estado y me prestó una atención constante. Al final di a luz en el hospital».
En los dos primeros meses del alto el fuego, el UNFPA calcula haber prestado servicios de salud reproductiva a 146.000 mujeres y niñas y servicios de protección a más de 100.000 personas gracias a instalaciones sanitarias y clínicas móviles. Pero como el bloqueo ha hecho prácticamente imposible incluso la ayuda humanitaria más esencial, el médico del Hospital Al-Awda declaró: «Nuestra única esperanza es que termine esta guerra».
En 2025, el UNFPA solicita 99 millones de dólares para hacer frente a las neacesidades actuales y emergentes en Palestina; sin embargo, hasta abril sólo se habían recibido 12,5 millones de dólares.