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«Ahora sé que tengo futuro»: los espacios seguros trabajan con los centros de salud para salvar las vidas de las mujeres en Yemen
- 24 Julio 2025
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GOBERNACIONES DE AL MAHRAH Y MARIB, Yemen – En una zona rural del distrito de Al Wadi, en la gobernación oriental de Marib, en Yemen, Salwa* fue obligada a casarse con tan solo 17 años.
Tuvo que abandonar sus estudios y pronto quedó embarazada, pero en lugar de cuidarla, recibió abuso físico y negligencia por parte de su esposo, mayor que ella y desempleado. Atrapada por el miedo al estigma y a una cultura que generalmente culpa a las sobrevivientes, Salwa soportó los abusos.
Sin embargo, mientras estaba embarazada, se unió a un grupo de vecinas que asistían a una sesión de sensibilización sobre los derechos de las mujeres en un espacio seguro para mujeres y niñas, con el apoyo del UNFPA, la agencia de las Naciones Unidas para la salud sexual y reproductiva. Las mujeres recibieron información, apoyo y sensibilización sobre los derechos humanos, en concreto sobre el hecho de que la violencia de género nunca es aceptable y que hay ayuda disponible.
«Hoy sé que tengo derechos», reflexionó Salwa al conversar con el UNFPA. «Sé que tengo futuro y ya no tengo miedo».
Salwa recibió apoyo psicosocial, atención médica y servicios para protegerla de su esposo. También fue derivada al Hospital Al-Wehda, en la gobernación de Marib, para recibir atención prenatal. Sin embargo, cuando llegó el momento de dar a luz, su embarazo tomó un giro peligroso. Debido a su corta edad, vivió una labor de parto prolongada, seguida de un prolapso uterino grave, una dolorosa afección que puede causar graves complicaciones de salud.
«Estaba muy asustada. No entendía lo que me estaba pasando», confesó al UNFPA. «Pensé que iba a morir».
Gracias a la estrecha coordinación entre el espacio seguro y el hospital, fue ingresada a tiempo para someterse a una cirugía que protegiera tanto su recuperación inmediata como su salud reproductiva a largo plazo. «El personal del espacio seguro estuvo a mi lado, me salvaron la vida y me devolvieron la esperanza», relató Salwa, que ahora ha dejado a su esposo y vive con sus padres.
«No me trataron como una más, sino como un ser humano que merece atención y apoyo».
De la desesperación a la dignidad en Al Mahrah
En la gobernación meridional de Al Mahrah, Laila*, de 25 años, embarazada y madre de dos hijos, había sido desplazada por la guerra. Vivía en situación de pobreza extrema y sufría abusos constantes a manos de su esposo.
Agotada, traumatizada y desnutrida, sufrió un aborto espontáneo a los cinco meses de embarazo. A pesar de sangrar profusamente, logró llegar a un espacio seguro para mujeres y niñas apoyado por el UNFPA, donde fue derivada al Hospital Central Al Ghaydah, también apoyado por el UNFPA. Allí recibió atención médica de emergencia que le salvó la vida y protegió su salud reproductiva.
«Si no hubiera sido por el espacio seguro, no habría sabido qué hacer ni dónde ir. Fueron mi único refugio, me apoyaron médica y emocionalmente, y estuvieron a mi lado cuando todos los demás desaparecieron», afirmó.
Al igual que Salwa, la recuperación de Laila fue mucho más allá del cuidado físico. También recibió apoyo emocional y psicológico, incluyendo sesiones de escucha y ayuda para desarrollar un plan de seguridad personal. Como hábil costurera, también se le animó a reanudar su trabajo como forma de mantenerse a sí misma y a su familia; el desplazamiento y el deterioro de su salud mental y física le habían hecho perder la confianza en sí misma y había dejado de practicar su oficio.
«Pensé que estaba sola en mi mundo miserable», admitió Laila. «Pero aquí sentí que alguien realmente se preocupaba por mí. Me salvaron de la muerte, del miedo y de mí misma».
Cuando los servicios se complementan
El modelo integrado de atención del UNFPA adopta un enfoque centrado en las sobrevivientes que combina la protección contra la violencia de género, el apoyo a la salud mental y los servicios de salud sexual y reproductiva.
La desigualdad entre los géneros y los desequilibrios de poder son una causa subyacente de la violencia contra las mujeres y las niñas, y las comunidades también suelen carecer de sensibilización sobre los servicios de salud sexual y reproductiva. Proveer estos servicios no solo anima a las personas que, de otra manera, podrían dudar en buscar ayuda, sino que es una intervención rentable que empodera a las comunidades y fomenta el liderazgo.
«No fue solo un servicio el que me salvó; fueron todos juntos», reconoció Salwa. «Estoy agradecida de que me hayan dado una segunda oportunidad en la vida».
La financiación insuficiente amenaza la vida de millones de personas
Los centros a los que asistieron Laila y Salwa cuentan con el apoyo de los gobiernos de Austria y Noruega, así como de la oficina humanitaria de la Unión Europea. Pero a medida que disminuye la financiación a nivel mundial, solo este año unos 1,5 millones de mujeres y niñas en Yemen han perdido el acceso a servicios vitales.
Entre ellas hay alrededor de 300.000 mujeres que ya no pueden acceder a un refugio seguro, apoyo psicosocial, derivaciones a centros de salud y asistencia jurídica. Un número incalculable de niñas se han vuelto aún más vulnerables a la violencia de género, incluido el matrimonio infantil.
«Estoy tratando de recuperarme y volver a vivir, pero hay muchas mujeres que siguen necesitando ayuda desesperadamente, tal vez incluso más que yo», planteó Laila al UNFPA.
«Mantener estos espacios en funcionamiento significa mantener vivas a muchas mujeres, especialmente en un conflicto que se ha prolongado durante demasiado tiempo. Muchas de nosotras hemos perdido al sostén de nuestra familia y nos hemos convertido en madres y padres. Necesitamos a alguien que esté a nuestro lado; no que nos dejen solas».
En lo que va del año, el UNFPA ha tenido que dejar de prestar apoyo a 44 centros de salud, 10 espacios seguros para mujeres y niñas, un centro de salud mental y 14 equipos móviles de salud y protección reproductiva en las zonas más remotas y desatendidas. El UNFPA ha hecho un llamado para que se destinen 70 millones de dólares a Yemen en 2025; pero hasta la fecha sólo se ha financiado una tercera parte.
*Se han cambiado los nombres por motivos de privacidad y protección