KAMPALA, Uganda – En la sala de maternidad del Hospital Nacional de Referencia de Kawempe, el centro público de maternidad más concurrido de Uganda, donde se trabaja incansablemente y bajo suma presión, está en marcha una revolución silenciosa. Entre los pitidos de las máquinas y los llantos de los recién nacidos, se desarrolla la bien orquestada coreografía de médicos, enfermeras y parteras que salvan la vida de las madres durante los episodios de hemorragia puerperal.
La hemorragia puerperal, o sangrado severo después del parto, es la principal causa de muerte materna a nivel mundial; sin embargo, a menudo es completamente prevenible y, cuando ocurre, se puede tratar. El UNFPA trabaja con los sistemas de salud y sus asociados para garantizar que las y los trabajadores de la salud dispongan de los suministros y las aptitudes adecuadas para evitar que esta complicación se torne mortal.
La partera Brenda Nakanwagi ha visto de primera mano cómo funcionan las herramientas y la formación adecuadas. Ella misma las ha utilizado en el Hospital de Kawempe, que registra más de 20.000 partos al año.
Recientemente asistió en el parto a Jalia Namusisi, de 28 años. Sin embargo, poco después de dar a luz a una niña sana, la Sra. Namusisi comenzó a sangrar.
La partera Nakanwagi lo notó de inmediato: la pérdida de sangre quedó registrada en un paño calibrado, que utiliza el personal del hospital para medir el sangrado y diagnosticar la hemorragia puerperal.
"En ese momento no hay tiempo para pensar, pues se pierde sangre cada segundo", aseguró Nakanwagi.
El equipo de la sala se activó e inició rápidamente las acciones habituales: masajear el útero, administrar medicamentos oxitócicos para estimular las contracciones uterinas, usar ácido tranexámico para reducir el sangrado y proporcionar líquidos intravenosos.
En cuestión de minutos, se controló el sangrado y se estabilizaron los signos vitales de la Sra. Namusisi.
"Sentí el pánico del personal, pero la voz de Brenda me tranquilizó", recordó la nueva madre, cargando a su bebé. “Ella me explicaba lo que estaban haciendo. Me salvaron la vida al estar preparados para lo peor".
Listos para la acción
El Hospital de Kawempe es el centro de un esfuerzo nacional para dotar a las parteras, enfermeras y médicos de las habilidades necesarias para hacer frente a las emergencias más urgentes relacionadas con el parto.
"La capacitación que llevamos a cabo con el apoyo del UNFPA transforma a personas dedicadas en una unidad cohesionada que salva vidas", indicó Annette Kanyunyuzi, presidenta de la Asociación Nacional de Parteras de Uganda (NMAU). "Las parteras son el corazón de la salud materna y, al practicar intensamente los protocolos, estamos reemplazando las dudas por una acción automática y sincronizada. Esta es el arma más poderosa contra la mortalidad por hemorragia puerperal".
Además, los esfuerzos de capacitación solo pueden mejorar.
El 5 de octubre, el primer Día de la Hemorragia Puerperal conmemorado a nivel mundial, el UNFPA, la Organización Mundial de la Salud y otros asociados publicaron “Sangrado después del parto”, un curso de capacitación para personal cualificado, como médicos y parteras. El curso se preparó para apoyar la puesta en práctica de nuevas directrices mundiales para el diagnóstico y tratamiento de la hemorragia puerperal.
Estos materiales beneficiarán a los cientos de miles de trabajadores de la salud que el UNFPA capacita cada año. El año pasado, por ejemplo, la capacitación apoyada por el UNFPA llegó a más de 226.000 parteras.
Todos unidos para poner fin al sangrado puerperal
Sin embargo, la capacitación no es suficiente. También se necesitan nuevos suministros.
El ácido tranexámico y la carbetocina termoestable, por ejemplo, son medicamentos que pueden prevenir y tratar la hemorragia, pero aún no se utilizan ampliamente en África. El costo de los medicamentos es una barrera para muchos sistemas de salud, si bien ofrecen ventajas significativas. La carbetocina, por ejemplo, no requiere una cadena de frío (el sistema de refrigeración constante durante la producción y la distribución), lo que la hace especialmente útil en zonas remotas y rurales con infraestructura limitada y electricidad irregular.
Otras medidas también son esenciales para garantizar que los suministros asequibles y de calidad garantizada lleguen a las y los trabajadores sanitarios, incluida la financiación sostenible, las listas y protocolos nacionales actualizados de medicamentos esenciales, la armonización de los reglamentos y las adquisiciones nacionales periódicas, junto con planes bien coordinados de introducción de nuevos productos.
Por fortuna, las asociaciones entre los trabajadores sanitarios, las autoridades nacionales de salud y las organizaciones internacionales como el UNFPA ya están marcando la diferencia.
A modo de ejemplo, la capacitación de las y los trabajadores sanitarios en el Hospital de Kawempe forma parte de los esfuerzos conjuntos del UNFPA, el Ministerio de Salud, la NMAU y la Unión Europea.
Esa colaboración también forma parte de la iniciativa SafeBirth Africa, un proyecto financiado por la UE y apoyado por el UNFPA que llevan a cabo Unitaid y las autoridades nacionales de salud de toda la región. SafeBirth Africa está diseñada para acelerar el acceso a nuevas intervenciones y a suministros de salud materna vitales.
Estos esfuerzos se complementan con el apoyo al fondo temático para la salud materna y neonatal, un fondo específico del UNFPA, respaldado por Bélgica, Dinamarca, Alemania, Luxemburgo, Polonia, Suecia, Takeda Pharmaceuticals y World Diabetes Foundation.