La justicia sexual existe cuando todas las personas tienen el poder y los recursos para disfrutar de la salud, los derechos y el placer sexuales sin discriminación ni violencia.
¿Pero cómo se logra? La justicia sexual implica garantizar que todas las personas tengan acceso a servicios de salud sexual y reproductiva, así como la posibilidad de elegir participar en actividades sexuales consentidas y llevar una vida sexual segura y placentera. También requiere proteger el derecho a la autonomía corporal independientemente de la edad, el género, el estado serológico con respecto al VIH o la discapacidad, la orientación sexual, la etnicidad, la religión o la ubicación. Es fundamental defender los derechos, la dignidad, las necesidades y las identidades de todas las personas LGBTQIA+.
También es crucial para la justicia sexual una educación sexual integral precisa, inclusiva y culturalmente sensible que empodere a las personas para tomar decisiones informadas, prevenir el VIH y protegerse contra la violencia de género. Además, la información y los servicios de salud sexual accesibles y de alta calidad deben incluir medidas adaptadas para satisfacer necesidades específicas, incluidas las de los grupos marginados.
Las violaciones de los derechos sexuales y reproductivos, que pueden producirse en las relaciones personales, en la atención sanitaria y en la legislación, socavan la salud sexual y niegan el placer sexual. Dichas violaciones deben cesar. Las reformas jurídicas y normativas deben proteger plenamente los derechos sexuales y reproductivos y poner fin a la discriminación y las prácticas nocivas, como la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil, entre otras medidas subsanando las lagunas de datos. Los organismos de derechos humanos deben luchar contra la impunidad generalizada de las violaciones de los derechos cuestionando los estigmas sociales y desarrollando sistemas que garanticen una mayor rendición de cuentas.
El UNFPA promueve la salud sexual en todo el mundo defendiendo el derecho a la autonomía corporal y apoyando el acceso a los servicios esenciales de salud sexual y reproductiva, sin discriminación. Tanto en tiempos de estabilidad como de crisis, el UNFPA trabaja para garantizar el acceso a los métodos anticonceptivos, la educación sexual integral, la salud materna y los servicios para prevenir y responder a la violencia de género y las prácticas nocivas. Únete a nosotros en este Día Mundial de la Salud Sexual en la búsqueda de la justicia sexual.