El cambio climático es una amenaza existencial para la humanidad. Está aumentando las necesidades humanitarias, poniendo en peligro los derechos humanos y afectando a la salud, el bienestar y la dignidad de las personas, especialmente de aquellas que pertenecen a comunidades marginadas y vulnerables. Asimismo, está sacudiendo los cimientos mismos de la paz y la seguridad.
Las mujeres y las niñas se ven afectadas de manera desproporcionada, ya que enfrentan un aumento de la pobreza, la inseguridad alimentaria y la violencia de género, así como la interrupción de los servicios de protección y salud sexual y reproductiva.
La 30.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) es una oportunidad clave para acelerar las medidas destinadas a hacer frente a esta crisis. El evento, que se celebra en Belém (Brasil), reúne a líderes de gobiernos, empresas y la sociedad civil para debatir las iniciativas destinadas a limitar el aumento de la temperatura mundial, presentar nuevos planes de acción y examinar los avances en los compromisos financieros.
De hecho, la crisis climática está configurando todos los aspectos del desarrollo, con implicaciones para las aspiraciones de fecundidad, la migración climática, los cambios demográficos, la desigualdad y la urbanización. Los líderes deben adoptar un enfoque inclusivo y basado en los derechos humanos para abordar esta crisis.
Todos los planes nacionales sobre el clima deben incluir inversiones en servicios de salud y protección para las mujeres y las niñas. En la actualidad, dicha inversión está muy por debajo de los compromisos adquiridos. Además, es necesario reforzar la preparación y la respuesta ante situaciones de emergencia y crisis climáticas mediante la creación de sistemas resilientes que protejan la salud y los derechos sexuales y reproductivos, así como los servicios necesarios para hacer frente a la violencia de género. Los países deben crear sistemas de datos y tecnología que tengan en cuenta las cuestiones de género para anticiparse y responder a la vulnerabilidad climática. Los gobiernos deben aprovechar estos datos fundamentales junto con la inteligencia demográfica para fundamentar sus políticas e inversiones.
Puedes obtener más información sobre la COP30 aquí.