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«Las mujeres y las niñas están traumatizadas» tras el terremoto que ha devastado comunidades en el este de Afganistán

calendar_today10 de septiembre de 2025

Un grupo de personas se reúne alrededor de tiendas de campaña improvisadas cerca de una aldea destruida rodeada de montañas
A última hora del 31 de agosto, un terremoto de magnitud 6 sacudió la región oriental de Afganistán y dejó más de 2.200 muertos confirmados y miles de heridos hasta el momento © UNFPA Afganistán / Mohammad Haroon Mudaser

PROVINCIA DE KUNAR, Afganistán – Cuando Salma*, de 15 años, se despidió de su madre y sus hermanos para pasar el fin de semana en casa de su abuela, no sabía que sería la última vez que los vería con vida.

Cerca de la medianoche del día siguiente, el 31 de agosto, un terremoto de magnitud 6 sacudió la región oriental de Afganistán, afectando a cuatro provincias, entre ellas Kunar, que sufrió la mayor destrucción. Muchas de las personas afectadas viven en zonas remotas y montañosas, cuyas principales vías de acceso quedaron rápidamente bloqueadas por rocas y deslizamientos de tierra.

«Nuestra casa se derrumbó con mis padres y mis hermanos dentro»

La casa de la abuela de Salma se encuentra situada en una aldea cercana y resistió el terremoto, pero ella estaba preocupada por el resto de su familia. «Cuando regresé por la mañana, vi que nuestra casa se había derrumbado y que mis padres y hermanos habían quedado debajo», relató al UNFPA, la agencia de las Naciones Unidas para la salud sexual y reproductiva. 

Aunque los vecinos pudieron sacar con vida a su padre y a uno de sus hermanos, el resto de su familia no sobrevivió. «Los equipos de rescate también sacaron los cuerpos de mi madre y de tres de mis hermanos de entre los escombros, pero ya era demasiado tarde».

Desde entonces, fuertes réplicas han sacudido las zonas afectadas de las provincias de Kunar, Laghman, Nangarhar y Nuristán. Los informes preliminares indican que al menos 2.200 personas han fallecido y otras 3.600 han resultado heridas; más de la mitad de ellas son mujeres y niñas. 

Crisis y necesidades de salud mental

A female health worker takes the blood pressure of a young woman while seated in front of boxes of medicine inside a white UNFPA tent
Maska (izquierda), consejera psicosocial apoyada por el UNFPA, afirmó que las mujeres y los niños en particular están traumatizados y necesitan apoyo de salud mental tras el terremoto. © UNFPA Afganistán / Mohammad Haroon Mudaser 

Con más de 6.700 viviendas destruidas o dañadas, la mayoría de las familias se refugian al aire libre en condiciones precarias e inseguras, sin privacidad ni acceso a la atención sanitaria y expuestas a la lluvia y las bajas temperaturas.

Maska es consejera psicosocial y forma parte de un equipo sanitario móvil apoyado por el UNFPA que ha sido enviado a las zonas afectadas por el terremoto. «Las mujeres y los niños, en particular, están extremadamente traumatizados», explicó. «Nuestro objetivo es apoyar su salud emocional y mental y proporcionarles toda la ayuda que podamos, incluyendo medicamentos y kits de dignidad».

El UNFPA y sus asociados han desplegado cinco equipos sanitarios móviles para proporcionar atención médica materna y reproductiva esencial, apoyo psicosocial y servicios médicos generales a las personas que se encuentran incluso en las zonas más inaccesibles. Los equipos, formados por 16 parteras y consejeras psicosociales, así como por 13 trabajadores sanitarios, han prestado hasta ahora servicios vitales a 9.500 personas. 

«En este momento crítico, las personas afectadas necesitan nuestra ayuda», declaró Maska.

Salma encontró consuelo en el equipo sanitario móvil, al que ha visitado tres veces hasta ahora en busca de apoyo. «Me siento mejor cuando hablo con la consejera», afirmó.

Las mujeres y las niñas en el centro de la respuesta del UNFPA 

Entre las más de 500.000 personas que se estima que se han visto afectadas por la catástrofe, el UNFPA calcula que hay unas 11.600 mujeres embarazadas sin acceso a instalaciones sanitarias o de salud. El embarazo ya conlleva un alto riesgo en Afganistán, que cuenta con una de las tasas de mortalidad materna más altas de la región de Asia y el Pacífico.

 «Para las mujeres embarazadas, un desastre natural puede convertir una etapa ya de por sí difícil en una crisis que ponga en peligro su vida»

Una trabajadora sanitaria atiende a una mujer sentada junto a un niño con una pancarta del UNFPA al fondo
Actualmente, el UNFPA presta apoyo a 20 clínicas de salud, centros de salud familiar y centros de apoyo psicosocial en las zonas afectadas, todos los cuales siguen en funcionamiento. © UNFPA Afganistán / Mohammad Haroon Mudaser 

El UNFPA ha enviado suministros de salud reproductiva para apoyar miles de partos seguros en centros de salud y hospitales y ha distribuido artículos de higiene esenciales, como productos para la salud menstrual, jabón y desinfectante, a las mujeres y niñas necesitadas.

«La salud y la seguridad de las mujeres y las niñas es nuestra máxima prioridad en esta emergencia», declaró Kwabena Asante-Ntiamoah, representante del UNFPA en Afganistán. «Para las mujeres embarazadas, un desastre natural puede convertir una etapa ya de por sí difícil en una crisis que ponga en peligro su vida. Estamos sobre el terreno, prestando atención esencial para garantizar partos seguros y evitar más pérdidas de vidas».

Actualmente, el UNFPA presta apoyo a 20 centros de salud familiar y centros de apoyo psicosocial en las zonas afectadas, todos los cuales siguen en funcionamiento. Afganistán ha sufrido graves recortes de financiación desde principios de año y el sistema sanitario no ha sido ajeno a esto: más de 550 de los 980 centros de salud que reciben apoyo del UNFPA cerrarán en 2025, y 1.300 de las trabajadoras sanitarias (casi una tercera parte) perderán sus puestos de trabajo al agotarse los recursos para mantenerlas. 

*Se ha cambiado el nombre por motivos de privacidad y protección

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