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Explicación: ¿De qué manera salva vidas la planificación familiar?

Una trabajadora sanitaria con uniforme blanco inyecta en la pierna a una paciente en con blusa morada y la cabeza envuelta en una bufanda rosada
En un centro de salud apoyado por el UNFPA cercano al campamento de refugiados de Korsi, en la República Centroafricana, en la frontera con el Sudán, la asistente de partería Nadine Kimberley administra un anticonceptivo a Fatime, de 21 años. Crédito: © UNFPA República Centroafricana/Karel Prinsloo
  • 06 Febrero 2025

NACIONES UNIDAS, Nueva York – Cuando una guerra desplaza por la fuerza a decenas de miles de personas, el UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas encargado de los asuntos de salud sexual y reproductiva, proporciona a los campamentos de desplazados y al personal médico suministros críticos, incluidos condones, anticonceptivos orales e inyectables, implantes anticonceptivos y dispositivos intrauterinos. 

Cuando un terremoto destruye cuadras enteras de ciudades, el UNFPA pone anticonceptivos en convoyes de socorro de emergencia, junto con kits para dar a luz y medicamentos para detener el sangrado interno. Cuando un ciclón atraviesa comunidades insulares remotas, el UNFPA envía anticonceptivos al igual que envía equipo médico estéril.

¿Por qué? Porque los anticonceptivos son parte de la atención humanitaria que salva vidas. Para algunos, esto puede resultar contrario a la lógica, pero es un hecho establecido a los ojos de la ciencia médica, los socorristas humanitarios y las propias mujeres. Y como incluso en ausencia de situaciones de emergencia, tener acceso a anticonceptivos modernos y seguros empodera a las mujeres para que tomen sus propias decisiones sobre su fertilidad, lo que a su vez reduce los embarazos no programados, los abortos peligrosos, mejora los resultados de salud y reduce el riesgo de mortalidad materna e infantil, por lo que salva la vida de millones de personas.

Las personas no dejan de quedar embarazadas en situaciones de emergencia 

Una mujer con chaleco de combate entrega una bolsa azul de suministros del UNFPA a una mujer con un vestido de flores
En un centro de socorro para sobrevivientes de la violencia de género en Jersón (Ucrania), el UNFPA distribuye suministros adaptados a las necesidades inmediatas de salud sexual y reproductiva de las mujeres y las niñas. Estos kits incluyen información de remisión a una amplia gama de servicios de protección y salud, incluidos servicios anticonceptivos. © UNFPA Ucrania/Danil Pavlov

Incluso en las mejores circunstancias, proporciones alarmantes de mujeres no pueden decir no al sexo: aproximadamente una cuarta parte de las mujeres, según los datos más recientes disponibles. 

Sin embargo, en una crisis humanitaria, las mujeres enfrentan aproximadamente el doble de las tasas de violencia de género. Enfrentan mayor riesgo de violación como arma de guerra y herramienta de genocidio, y también mayor riesgo de violencia en la pareja. Todo esto eleva su vulnerabilidad a un embarazo no deseado.

Sakina Sani fue casada cuando tenía 12 años, una niña, en medio del conflicto y la escasez de alimentos en el norte de Nigeria. Quedó embarazada a los 15 años, pero abortó espontáneamente, luego tuvo dos hijos en rápida sucesión. “Nunca permitiré que mi hija pase por lo que pasé”, declaró al UNFPA.

La planificación familiar previene complicaciones fatales

Dos trabajadoras médicas con hiyab rosado y batas verdes realizan una operación bajo una gran luz quirúrgica.
Trabajadoras médicas realizan una operación en el Hospital de Maternidad de Idlib. La atención obstétrica de emergencia a menudo es limitada en situaciones de emergencia, lo que hace que el embarazo y el parto sean más riesgosos. © UNFPA/ Abdul Razzaq Zakzouq

 

Se calcula que más del 60 % de las muertes maternas tienen lugar en medio de crisis humanitarias y en entornos frágiles, lugares en los que las mujeres enfrentan dificultades para acceder a la atención y la nutrición necesarias para llevar un embarazo de forma segura. “Muchas mujeres en el noroeste de Siria pierden la vida mientras son trasladadas de un hospital a otro por falta de suministros esenciales para afecciones críticas”, declaró al UNFPA el Dr. Ikram Haboush, en Idlib, Siria.

A veces se critica (incorrectamente) a los anticonceptivos como un nuevo medicamento, que no es natural o que no se entiende bien. La verdad es que los anticonceptivos han existido en distintas formas durante milenios: los condones, por ejemplo, han existido durante cientos de años. Cuando se trata de anticonceptivos modernos, estos se encuentran entre los medicamentos más recetados y bien estudiados que existen. 

Los anticonceptivos han sido investigados no solo por farmacólogos e investigadores médicos, sino también por economistas de la salud, epidemiólogos y legisladores, y los hallazgos son concluyentes: al prevenir embarazos no planificados, los anticonceptivos evitan que las mujeres mueran.

¿De qué manera? Cada embarazo conlleva un riesgo, y los embarazos en situaciones de crisis, donde los sistemas de salud están destrozados y la atención médica es escasa, son particularmente peligrosos. Los embarazos no planificados también están directamente relacionados con tasas más altas de mortalidad materna. “Es por eso que cada programa de salud pública diseñado para reducir el número de muertes maternas incorpora los anticonceptivos como uno de los pilares de acción”, afirman los expertos

Al prevenir embarazos no planificados, los anticonceptivos también reducen la incidencia de lesiones y enfermedades maternas, mortinatalidad y muerte neonatal. 

En 2023, la Alianza de Suministros del UNFPA adquirió anticonceptivos por valor de 136 millones de dólares, lo que se estima ha evitado casi 10 millones de embarazos no planificados y más de 200.000 muertes maternas y neonatales. Se estima que estos anticonceptivos también evitaron casi 3 millones de abortos inseguros.

La planificación familiar previene enfermedades mortales y dolencias crónicas

Una trabajadora sanitaria habla con una paciente, ambas llevan mascarillas quirúrgicas azules
Omaira Opikuko habla con una enfermera antes de obtener un dispositivo intrauterino. © UNFPA Venezuela 

Los anticonceptivos, como los condones masculinos y femeninos, también salvan vidas al disminuir las posibilidades de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS), incluido el VIH. Incluso una infección de transmisión sexual (ITS) tratable puede poner en peligro la vida en entornos con acceso limitado a la atención médica, como es el caso de las mujeres y niñas en Haití, por ejemplo, donde la violencia sexual generalizada e implacable ha dado lugar a crecientes tasas de embarazos no planificados, así como de ITS, en momentos en que el sistema de salud ha quedado casi totalmente destruido. 

Solo alrededor del 3 % de las sobrevivientes en Haití informan haber recibido tratamiento posterior a la violación en un plazo de 72 horas después de haber sido agredidas; este tratamiento incluye anticonceptivos de emergencia para prevenir el embarazo, así como profilaxis posterior a la exposición para prevenir la transmisión del VIH. El Dr. Justilien, psicólogo de un hospital apoyado por el UNFPA en la capital, Puerto Príncipe, explicó cómo el tratamiento adecuado por parte de los trabajadores sanitarios incluye “apoyo psicológico, anticoncepción de emergencia y pruebas y tratamiento de infecciones de transmisión sexual”.

Los anticonceptivos también tratan dolencias no relacionadas con la actividad sexual: varias formas de anticonceptivos son ampliamente recetadas para tratar dolencias que son debilitantes incluso en circunstancias estables y seguras, como el síndrome de ovario poliquístico, endometriosis, dismenorrea y sangrado extremadamente abundante. 

Para mujeres como Omaira Opikuko, de la República Bolivariana de Venezuela, no hay duda de que la anticoncepción a largo plazo después de su sexto parto le salvó la vida. Sufrió tanto hemorragias como un útero prolapsado durante su último trabajo de parto. “Estaba al borde de la muerte”, recordó.

Una intervención humanitaria eficaz en función de los costos

En 2023, más de 50 países que recibieron suministros anticonceptivos del UNFPA lograron ahorros colectivos de más de 700 millones de dólares, gracias a la reducción de los costos de atención médica para el embarazo, el parto y la atención posterior al aborto. Numerosos estudios han demostrado que la planificación familiar es una inversión fundamental para la sociedad, no sólo porque evita los embarazos no planificados y los consiguientes problemas de salud materna, sino porque también aumenta la educación y el empleo de las mujeres.

At a UNFPA-supported health centre for displaced women at the Farchana camp in Chad, midwife Maria Akouya informs Sudanese refugee women about the different kinds of contraception methods available © UNFPA Chad/Karel Prinsloo
En un centro de salud para mujeres desplazadas apoyado por el UNFPA en el campamento de Farchana, en Chad, la partera Maria Akouya informa a las mujeres refugiadas sudanesas sobre los diferentes tipos de métodos anticonceptivos disponibles © UNFPA Chad/Karel Prinsloo 

En los entornos humanitarios, los anticonceptivos son aún más críticos, ya que ayudan a las mujeres y a las familias a sobrevivir y estabilizarse, y las dejan mejor preparadas para recuperarse.

Nadie lo sabe mejor que las propias sobrevivientes de crisis humanitarias: “Hay una gran demanda de servicios de planificación familiar”, respondió un miembros de un equipo de respuesta a emergencias al UNFPA inmediatamente después de un ciclón mortal. 

En medio de la creciente precariedad del mundo , catástrofes crecientes y desplazamientos crecientes, estos servicios son una luz en la oscuridad para las mujeres y las niñas. Como dijo la Sra. Opikuko en Venezuela: “Ya no quiero tener miedo”.

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