En las zonas de conflicto de todo el mundo se está librando una guerra contra las instalaciones médicas y los trabajadores sanitarios de primera línea con total impunidad.
Los ataques deliberados contra la atención sanitaria constituyen una violación del derecho internacional humanitario y los perpetradores deben rendir cuentas. Con motivo del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, el UNFPA hace un llamado a los líderes mundiales para que den prioridad a la protección de las instalaciones sanitarias, el personal de esos centros y las personas a las que atienden. Los líderes deben tomar medidas concretas para detener los ataques contra la atención médica, poner fin a la impunidad de los perpetradores e imponer consecuencias por las violaciones del derecho internacional.
Los campos de batalla ya son entornos de alto riesgo para las mujeres y las niñas debido a que la violencia sexual se utiliza como arma de guerra. Sin instalaciones sanitarias en funcionamiento, las sobrevivientes de violaciones y abusos no pueden acceder ni siquiera a la atención más básica, como los métodos anticonceptivos de emergencia, el tratamiento posterior a la violación y el apoyo psicológico. Para las embarazadas que no cuentan con un hospital de maternidad seguro al que acudir, el parto puede convertirse rápidamente en una situación potencialmente mortal.
El año pasado fue el más mortífero de la historia para los trabajadores humanitarios y 2025 podría acabar siendo aún peor. Los gobiernos deben garantizar que cada presunta violación del derecho internacional humanitario se investigue a fondo y deben dar un paso al frente para proteger a quienes arriesgan sus vidas para ayudar a los demás.